ARTE DEL CARIBE COLOMBIANO
EN BUSCA DE LA HONRA PERDIDA
Muy sospechoso que ante la crisis del Arte del Caribe
colombiano registrada y comentada por el periódico El Heraldo de Barranquilla a
causa de la goleada al Arco de la feria de Madrid, hayan sido las transacciones
artístico-económico-feriales las que exhiban sin pudor el trofeo del honor
perdido y activen la conciencia de aquellos que nunca estuvieron cuando el arte
regional del Caribe los necesitaba y aún no había extraviado su nombre. Luego
del publicitado episodio financiero hice circular en las diferentes redes sociales
un comunicado dirigido a artistas, instituciones y gestores del Caribe
reaccionando ante lo que ya no solo era la infinita repetición del cuento del
gallo capón sino la historia de un fracaso anunciado. Días después recibí una
invitación del periódico barranquillero para seguir vía streaming la tertulia
que este medio había organizado para debatir lo sucedido con el Arte del Caribe
en los círculos feriales del coleccionismo global, un acontecimiento que
favorecía la confianza inversionista y el centralismo del país que con júbilo y
euros anunciaba que el arte del Caribe colombiano ya no existía. Aunque muchos
sabemos que la participación en ferias no es un certificado de buena conducta creativa
para el artista, ni una condición sine qua non para su reconocimiento, sigue
siendo muy grave la manera como se trafica con nuestra identidad caribe no sólo
en los espectáculos comerciales, sino en el concierto cultural del país.
Bienales, Salones regionales y nacionales, proyectos curatoriales, colecciones públicas
y privadas, son organizados desde la visión centro-periferia y no cuentan con
los genuinos representantes de nuestra región. En pocas palabras, no son todos
los que están, ni están todos los que son. Y es aquí en donde arde la herida
porque a diferencia de otras regiones, nuestras instituciones culturales, en
una clara muestra de pereza administrativa, han sido incapaces de implementar
unas políticas culturales que convoquen a los artistas de la región, ocasionando
una diáspora producto de la invisibilización y el desconocimiento de pensadores
y artistas del Caribe colombiano. El asunto no es fácil y al toro hay que cogerlo
por los cachos que es por donde mas le duele: porque de la misma forma en que
somos la primera región productora de cultura en el país, lo único que estamos
demostrando es que a pesar de todos nuestros encantos, somos incapaces de revelarnos
a nosotros mismos. La hoja de ruta continúa a la espera y aunque a esta burbuja
coleccionista llamada ferias de arte, le abono el haber puesto sobre la mesa algunas
verdades ocultas, me inquieta que las alarmas se hayan prendido no por causa de
la honra extraviada, sino por culpa del billete perdido.
Muriel Angulo
8 de Marzo de 2015
Publicado en Esfera Pública
http://esferapublica.org/nfblog/circulacion-y-mercado-los-problemas-del-arte-en-la-region-caribe/#comment-37203
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