VICIOS PRIVADOS








  
VICIOS PRIVADOS

En el año 2003, comencé a investigar los métodos disciplinarios utilizados en la educación femenina. Tenía muchas inquietudes al respecto, debido a que mis experiencias escolares no habían sido las mejores: por medio de la recta disciplina, un poder modesto, suspicaz, cuya función principal sigue siendo enderezar conductas, como afirma Michel Foucault en su libro Vigilar y Castigar, había sido entrenada para repetir pasivamente los manuales de comportamiento y buenas costumbres.

Estos métodos de coerción administrados por el Estado, la Iglesia y la Familia, justificaron durante siglos los comportamientos misóginos y patriarcales, engendrando a una mujer sumisa y obediente, que acepta con resignación las violencias que se ejercen contra su propio cuerpo. A pesar de la revolución política, social y cultural que ha significado el movimiento feminista, la industria del entretenimiento y la sociedad de consumo continúan recaudando millonarias ganancias, mediante la explotación del culto al eterno femenino, un mito que elogia por un lado a la madre abnegada y su rol doméstico, y por otro, la mujer irresistible, de sexualidad diabólica e insaciable: dos estereotipos contrarios que conjugan la virtud y el pecado, y la excluyen de los asuntos esenciales de la vida. A través de un sutil dispositivo de control, la mujer acepta pasivamente su destino, ejerciendo un mudo espionaje sobre su propio cuerpo. Y es aquí en donde surgen las preguntas: ¿Qué es ser mujer? ¿De qué manera fuimos educadas? ¿Qué ortopedias usaron? ¿Es la culpa?, ¿de qué?, ¿por qué?, No se nace mujer, se llega a serlo, afirmaba Simone de Beauvoir.

Con el propósito de evidenciar dentro de mí aquellos comportamientos, decidí enfrentarme a las diferentes voces que me construyen: diseñé un sistema de vigilancia sobre mi propio cuerpo, repitiendo día a día la misma acción y convirtiéndome en juez y verdugo de mi misma, mientras grababa, con ayuda de una cámara de video, mis reacciones durante el proceso: Al fascismo del poder nosotros contraponemos líneas de fuga activas y positivas, porque tales líneas conducen a las máquinas del deseo, afirmaba Félix Guattari. Una obra de arte es una experiencia, no una afirmación ni una respuesta, decía Susan Sontag. Yo agregaría que el arte en su devenir es un acto de subversión y resistencia.

Muriel Angulo
2012


FICHA TECNICA

VICIOS PRIVADOS

MURIEL ANGULO

8’01’

2005






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